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Punto y Aparte

Por: El Grillo

Cuidado con la influenza porcina y ¿el terrorismo de estado?

Mucho se ha mencionado que la influenza porcina es un nuevo virus que emergió de lo desconocido, cada día aumentan los casos debido a la supuesta epidemia, no esta de más extremar precauciones; sin embargo cuantos han hablado de las posibilidades de que esto tenga relación con un llamado terrorismo de estado, en el que se crea la incertidumbre, cooperación, pasividad de la población para obedecer las decisiones de los gobiernos implicados en un objetivo común.

No le parece extraño que no puede salir a un lugar y lo único que puede hacer es ver televisión cada 15 minutos hablando de lo mismo. Por Internet a brotado información de la nada argumentando esta posibilidad. No esta mal tomar las debidas precauciones pero no deje de tener atención en las leyes que se están aprobando con esta contingencia, cual es el objeto de el cese de las actividades en el país, ¿será realmente prevenir la pandemia? Sólo es una posibilidad y no la descarte.

Pero ¿Qué es el terrorismo de Estado? Uso sistemático, por parte del gobierno de un Estado, de amenazas y represalias, considerado a menudo ilegal dentro incluso de su propia legislación, con el fin de imponer obediencia y una colaboración activa a la población. Por su naturaleza es difícil de identificar, y los conceptos varían en función del carácter de las épocas históricas, zonas geográficas y características culturales. Los regímenes despóticos del pasado utilizaban con frecuencia prácticas de este tipo, que las democracias modernas condenarían sin necesidad de realizar una crítica contemporánea rigurosa. Las formas más desarrolladas de terrorismo de Estado, para las que el término fue inventado, han sido los sistemas empleados en el siglo XX bajo el fascismo y el comunismo. Asimismo, la práctica de terror desde el poder se extendió en el siglo XX bajo regímenes militares o militarizados en el seno de democracias formales.
Estos regímenes totalitarios se caracterizaban por un monopolio de los medios de comunicación, la imposición de una ideología monolítica, la exigencia no sólo de obediencia sino de participación activa en las medidas policiales del Estado, y un aparato de policía secreta y de campos de concentración para disciplinar e incluso exterminar a los adversarios y disidentes. Los líderes potenciales de la oposición eran aislados, encarcelados, exiliados o asesinados. A menudo, los tentáculos del aparato del Estado se extendían hasta el extranjero y atacaban a enemigos que pertenecían a la población en el exilio, como fue el caso del asesinato de Liev Trotski en México a manos de agentes estalinistas. Los componentes de muchas organizaciones nacionales de seguridad e información han utilizado métodos ilegales para hacer frente a los adversarios, tanto dentro como fuera del país.

Lo que diferencia estos episodios de un sistema donde se aplica el terrorismo de Estado es la importancia de la operación y el total respaldo de la clase dirigente. En efecto, el aparato de terror, el Estado y el partido en el gobierno suelen estar relacionados de un modo indisociable. El sistema acaba destrozando a menudo a los elementos de su propia cúpula, como sucedió con el líder nazi Ernst Röhm, jefe de la Sección de Asalto (SA), y el jefe de la policía secreta soviética Lavrenti Beria, ambos ejecutados por las mismas organizaciones que ellos crearon o dirigieron.
En otro plano, algunos regímenes han recurrido a medios extralegales para eliminar a elementos específicos de la población, en especial en lo que a proscritos y presuntos delincuentes se refiere.

No deje de lado las medidas tomadas por las autoridades por su salud y protección, atienda las instrucciones que las dependencias gubernamentales le indiquen. Pero no pierda la atención de otros asuntos que son relevantes como las leyes que se aprueben en este periodo, así como la crisis que no ha terminado.

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