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Por Raul Martínez Arreola

Cuando el Poder Transforma a las Personas

Escuche a un joven decir: El hijo de un conocido ex-presidente municipal fue mi compañero en la secundaria. Antes de que el papá llegara al poder, mi compañero en cuestión no era nada apegado al estudio, lo cual provocó que no aprobara el ciclo escolar que cursaba. Casualmente, el año en que se convirtió en hijo del presidente, estuve presente cuando un afamado profesor le dijo "pero si ya tienes diez, que más quieres" y por increíble que parezca, durante todo ese tiempo el chico exhalaba inteligencia, popularidad y liderazgo.
Desafortunadamente, la tercera ley de Newton cayó sobre él y su familia. A saber, que todo lo que sube, tiene que bajar, hoy a casi seis años después, varios compañeros de su padre han sido y están siendo enjuiciados por malos manejos, su padre cayó en la desgracia, familiares de él cayeron en manos de personas que se dedican a envenenar y acabar con de vida de los jóvenes y a él hace años que no se le ve por aquí.
Desafortunadamente este no es un caso aislado, ya que esta historia se ha repetido y se sigue repitiendo en incontables ocasiones. La escolaridad desgraciadamente no podemos tomar como parámetro para saber quien esta apto para desempeñar un cargo público sin cometer errores en el actuar de una persona.
El modelo empresarial establece que a quien desea alcanzar un cargo de autoridad se le apliquen exámenes tanto para acreditar en el área, así como las capacidades psicológicas para sobrellevar las presiones propias del cargo, así como para saber si es apto para encarar positivamente los privilegios de poder propios del puesto. ¿Será una administración municipal, un gobierno en el que las personas verdaderamente aptas y capaces llevaran los destinos del municipio con objetividad y beneficios constantes para Poncitlán y Zapotlán del Rey? Teniendo como principal objetivo el desarrollo integral de ambos municipios.
No es lo mismo Trabajar Mucho, Que Trabajar Bien.

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