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Vivir Sin Preocupaciones para Disfrutar Cada Día

Del gran escritor motivacional, Dale Carnegie, te invito a reflexionar sobre cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida, para tener siempre en mente que la mayoría de los problemas los tenemos creados en la mente y que un gran porcentaje de ellos ni ocurrirán.
El ser humano es por naturaleza pesimista, ya que es un instinto de protección para no causarse daño, el problema está cuando a través de nuestras experiencias que nos lastimaron de niños las proyectamos para cada actividad que hago como adulto y en cuanto voy a participar en algún evento, ya estoy viéndole los contras y lo que me puede pasar negativamente.
David Seabury relata en su libro “Cómo preocuparse exitosamente” que llegamos a la madurez con tan poca preparación para las presiones de la experiencia como si a un gusano se le pidiera que baile ballet. ¿Cuál es el resultado? Que más de la mitad de nuestras camas de hospital están ocupadas por personas con enfermedades nerviosas o emocionales.
Thomas Carlyle, cuando era joven estaba preocupado por los exámenes finales de Medicina, lo que debía hacer, a dónde iría, cómo se crearía una clientela, cómo se ganaría la vida. Cambió su forma de ver la vida la siguiente frase: “Lo principal para nosotros es no ver lo que se halla vagamente a lo lejos, sino lo que está claramente a mano”
42 años después de tantos éxitos, ofreció una conferencia en la Universidad de Yale, donde declaró que el secreto de su triunfo radicó en vivir “en compartimientos estancos al día” ¿Qué significa esto? Cuando cruzó el Atlántico observó que el casco del barco estaba dividido en compartimientos por si llegara a dañarse el casco, no se podría hundir al impedir el paso del agua por su interior.
Esta situación se debe aplicar en nuestras vidas para poder detener lo que haya sucedido en el pasado y de igual manera esperar el futuro, viviendo solamente en el compartimiento llamado Hoy. ¡El futuro es ahora! Lo que estés realizando hoy, se estará proyectando con beneficios o perjuicios el día de mañana.
Despilfarrar nuestras energías por tratar de cambiar el pasado y tratar de adelantarnos al futuro, sólo causan angustia mental y desarreglos nerviosos. El mejor modo de prepararse para mañana es concentrarse, con toda la inteligencia, todo el entusiasmo, es hacer soberbiamente hoy el trabajo de hoy. Es éste el único modo en que uno puede prepararse para el futuro.
Poder aceptar lo que está sucediendo es de gran importancia para poder actuar inteligentemente. Ernest J. King que mandó en la Marina de Estados Unidos, dijo: “He proporcionado los mejores hombres con los mejores equipos y les he señalado la misión que parece más acertada. Es todo lo que puedo hacer. Si hunden a uno de nuestros barcos, no puedo ponerlo a flote. Si está destinado a hundirse, no puedo evitarlo. Vale mucho más que dedique mi tiempo a los problemas de mañana que a enojarme con los de ayer. Además, si dejo que estas cosas se apoderen de mí, no duraré mucho tiempo”
La principal diferencia entre el modo de pensar bueno y el malo radica en esto: el buen pensar examina las causas y los efectos y lleva a proyectos lógicos y constructivos; el mal pensar conduce frecuentemente a la tensión y a la depresión nerviosa.
Ted Bengermino, experimentó en la Segunda Guerra Mundial un estado de intenso sufrimiento por que tenía la tarea de organizar y controlar los registros de los muertos, desaparecidos y hospitalizados. Tenía que ayudar a desenterrar los cadáveres que habían sido enterrados apresuradamente por la batalla.
Fue tanta su preocupación que perdió 15 kilos, estaba aterrado de volver a casa convertido físicamente en una ruina y no poder abrazar a su hijo de año y medio. Lloraba con tanta frecuencia que casi abandonó la esperanza de volver a considerarse un ser humano normal.
Un médico militar le dio un gran consejo que lo rescató de ese padecimiento mental: “Ted, quiero que consideres que tu vida es un reloj de arena. Aunque sepas que hay miles de granos en la parte superior, sólo pasarán uno por uno muy lentamente y ni tú ni yo podemos hacer que los granos pasen más rápidamente, sólo que se estropee el reloj. Sabemos que hay ante nosotros cientos de cosas que tenemos que hacer durante el día; si nos obstinamos en hacer más de una a la vez, estaremos destinados a destruir nuestra estructura física o mental sin escapatoria.
¿Por qué somos tan necios? Stephen Leacock, escribió: “¡Qué extraña es nuestra breve procesión por la vida! El niño dice: Cuando sea joven… y cuando llega a esta edad dice: Cuando sea adulto… y al llegar a esta etapa, dice: Cuando sea mayor… y aquí es donde piensa: Cuando me retire… y cuando se ha retirado, observa el camino que ha recorrido para descubrir lo que no logró, lo aprende demasiado tarde por no haber vivido cada día, cada hora.
Y para terminar esta bella composición del escritor indio Kalidasa:
Salutación al alba
¡Mira este día! Por que es la vida, la mismísima vida de la vida. En su breve curso están todas las verdades y realidades de tu existencia: La bendición del desarrollo, la gloria de la acción y el esplendor de las realizaciones…
Por que el ayer es sólo un sueño y el mañana sólo una visión; pero, el hoy bien vivido hace de todo ayer un sueño de felicidad y de cada mañana una visión de esperanza. ¡Mira bien, pues a este día! Tal es la salutación del alba.
Si estás interesado en más información al respecto de este tema, escríbenos, con mucho gusto te la enviaremos vía correo; será un placer compartirlo contigo.

LAE Miguel Mayoral Casillas
capydesint@hotmail.com

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