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Por: Lic. Raul Martínez Arreola

Los Trabajos de la Vida...

Desde que tengo razón, siempre he trabajado y hacer una lista de mis trabajos desempeñados me llevarían muchas páginas.
Desde mis comienzos como aprendiz de carpintero con Don Martín el Castuleño, a la mejor buscando mejores alternativas que la de lavar platos, dorar tostadas o tacos, o raspar hielo para la nieve o hacer churros que se vendían en el puesto que tenía mi mamá Paula en la plaza de Poncitlán, ni que decir del azadón fiel compañero de todas las tardes en el desmonte de la huizachera de Don Arnulfo Ruiz de Santiago, que sembraba con maíz prieto pozolero, todos los años mi papá Victorino, allá rumbo a Ahuatlán pasando Santiago, ó en el rancho California que me vio nacer de Don Antonio Navarro, hoy de los alpistes, al que íbamos todas las vacaciones largas a trabajar, enajoyando, sembrando o desensacatando todas las tardes.
Mi vida ha sido siempre laboral, jamás interrumpida ni por la escuela, al salir de la primaria mi madre me consiguió trabajo n la oficina federal de hacienda como secretario de Don Roberto González de ahí pasé a trabajar a la recaudadora del estado en tiempos de Amador Galindo y Juanita López, en las noches tenía a cargo la limpieza del banco Bancomer, aspiraba a ser cajero, a lo que pasado los años logré el puesto, al salir la secundaria trabajé con Don Miguel Montes en la fábrica, primero en la bodega de materias primas con Gilberto Carrillo y Ramón Esparza, después estuve a cargo del molino de pasturas con la gran ayuda de Don Benjamin y el gran apoyo del Sr. Chacón, gracias a Don Miguel, que me dio trabajo pude seguir estudiando y así trabajando y estudiando hice la prepa y me recibí de químico industrial en la U de G, después trabajé para CYNAMID en Atequiza, en el Ingenio Tala, y en el Dorado Sinaloa, pero siempre regresaba a Poncitlán los fines de semana para cuidar a m primer amor, la cámara fotográfica que heredé de mi papá Victorino, dejando el testimonio gráfico de eventos e instantes felices de vida, lo que hasta la fecha se ha convertido en una extensión de mi espíritu y de mi ser, que se transformó en mi trabajo de tiempo completo antes de casarme y los primeros años de este mi mejor estado.
Con hijos pequeños y con la inquietud de ayudar, participé en el grupo de desarrollo de la comunidad con muchos sueños, como lo eran, mejores comunicaciones, mejores escuelas, mejores servicios médicos para que las nuevas generaciones no tuvieran tanto trabajo en alcanzar sus metas como nosotros, y ese sueño se convirtió en pesadilla, por que me junté con gente equivocada, que no aprovechó la oportunidad para trascender y hacer bien las cosas, de manera prematura al ciclo me alejé de ese grupo, prometiendo no juntarme jamás con rateros y tarugos y renuncié a ese hasta la fecha mi peor trabajo.
Motivado por mi ignorancia y el desafío de mis hijos, regresé a la universidad, de tiempo completo, me recibí de abogado, trabajé para el sistema penitenciario del estado y para el H. Ayuntamiento de Guadalajara, regresé por medio de un programa de prevención del delito municipal gracias al H. Ayuntamiento de Zapotlán del Rey, en donde hoy vivo, y me quedé gracias a que mis hijos concluyeron sus carreras como Cirujano Dentista y Protesista respectivamente y vinieron a hacer sus servicio social de un año al centro de salud de Poncitlán y Zapotlán del Rey.
Mi esposa se incorporó con mi pequeño hijo y con la experiencia de tratarlo durante más de 10 años en un centro de atención múltiple, la maestra Lucy como la llaman aquí, trabaja en su sueño de tener un lugar para atender a niños y personas con capacidades diferentes, en lo que hoy es la Asociación Civil “Trabajando por ser iguales” de Zapotlán del Rey.
Con la ilusión de ver realizado este sueño, hoy todos trabajamos, en Abril lo dedicamos a obtener recursos, a lo que te invitamos a trabajar por interés común, pequeños esfuerzos individuales para hacer una gran obra. El domingo 26 de Abril en la plaza principal de Zapotlán, por la noche concluirá la recaudación de fondos en lo que denominamos el 3° Kilómetro del peso. Ojala este año sumemos algunos centímetros a lo logrado el año pasado, para seguir adelante, para seguir trabajando…. En lo que estoy seguro será, para mi y otros, ojala y seas tu también... el mejor trabajo de nuestras vidas.
“La vida es una prueba y un encargo”

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