Por: El Grillo
El vecino del norte, nosotros y la televisión.
Estados Unidos, para algunos es la tierra donde dios esparció sus dones. Hermoso por sus campos de color ámbar, sus amplios cielos, sus montañas majestuosas. Estados Unidos, tierra de libertad, de héroes: Superman, Batman, el hombre araña, Indiana Jones, Luke Skywalker, Han Solo, Weird Alyancovic, Pee Wee Herman.
Para otros Estados Unidos es un gigantesco imperio controlado por caciques depredadores, con sed insaciable de poder y dominación global. La influencia de Estados Unidos es muy poderosa en todo el planeta, pero ¿Cómo influye sobre su vecino tercermundista más cercano?(México). Nuestro país para algunos es muy hermoso, rico en cultura, tradiciones y misticismo. Para otros es la tierra peligrosa y dominada por narcotraficantes, delincuencia y corrupción. Estados Unidos necesita de México y viceversa. Pero existe algo evidente; como todas las naciones, son controladas por los medios.
“Odio la televisión tanto como los cacahuates, pero no puedo dejar de comerlos”. Orson Welles. La televisión tiene un poder manipulador, la fuerza de la imagen permite que los mensajes se conecten directamente con el inconciente, modifican la percepción de la realidad con elementos audiovisuales que generalmente no tratan de provocar reacciones reflexivas o de producir material con fines artísticos, se trata de vencer una realidad que no existe.
La realidad que las grandes corporaciones, los propietarios de los medios, el gobierno, las llamadas instituciones quieren que se perciba. Para la mayoría de los ciudadanos de México, tener un monitor en la sala de la casa es indispensable y un monitor de grandes proporciones una fantasía realizable. El televisor es un intruso aparentemente inofensivo que se convierte en el integrante más influyente de la familia. Es el verdadero jefe de la casa. Es un medio regido por el financiamiento publicitario en el que se generan las necesidades innecesarias y la asociación de productos con los consumidores, convertidos en productos.
Es un escaparate para vender productos innecesarios, inútiles; después de transmitir un programa que acentúa los complejos físicos del televidente, le tratan de vender: pastillas para bajar de peso y aumentar el autoestima, antifaces de hielo terapia, cremas para agrandar el pene, aparatos milagrosos para hacer ejercicio, servicios telefónicos de damas de compañía, consejos esotéricos, horóscopos, etc.
Atención a todo lo que le he mencionado por que seguramente usted es uno de sus consumidores y no se ha dado cuenta. Los medios como la televisión venden fantasías, ilusiones, magia, nada. Existen quienes venden nada y quienes pagan por nada, ojalá que usted no sea uno.
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