LA OBESIDAD ESTÁ EN LA MENTE
La obesidad es un problema mental. O eso es lo que sugieren dos nuevos estudios que encontraron que los genes que nos predisponen a ser obesos actúan en el cerebro.
Esto quiere decir que el cerebro juega un papel predominante en el control de apetito, mucho más que los mecanismos metabólicos como se había pensado. Los dos estudios, publicados en la revista Nature Genetics, analizaron muestras de ADN de decenas de miles de personas. Ambos encontraron en total seis variantes genéticas que tienen actividad en el cerebro y que están asociadas con un aumento en el índice de masa corporal (IMC), la medida más común de la obesidad.
Esto sugiere que muchas de las variantes genéticas implicadas en la obesidad están vinculadas al cerebro y no a las funciones metabólicas, como el almacenamiento de grasa y azúcar. "Este hallazgo sugiere que la gente simplemente puede estar 'programada' para comer en exceso", afirma la doctora Cristen Willer, autora de uno de los estudios llevado a cabo en la Universidad de Michigan.
¿SERÁ EL FIN DEL IMPERIO ESTADOUNIDENSE?
Los analistas dividen sus opiniones frente a la crisis económica de Estados Unidos; para algunos es el fin del capitalismo como lo conocemos y para otros, sólo una recesión más,
pero cualquiera sea el caso, la letanía de malas noticias económicas de Estados Unidos hace que muchos se pregunten qué será lo próximo. Millones de empleos estadounidenses se han perdido y se esperan más despidos aún. Los bancos han congelado los préstamos después de una crisis del crédito y un colapso inmobiliario que han provocado un despegue de las ejecuciones de viviendas.
En Wall Street, varios bancos de inversión han colapsado. El mercado de acciones de Estados Unidos ha perdido más del 40% de su valor. Gigantes como el Citigroup han tenido problemas para sobrevivir. Los tiempos difíciles también amenazan a la alguna vez todopoderosa industria automotriz, en momentos en que General Motors y Chrysler LLC buscan ayuda por miles de millones de dólares de parte de Washington y advierten sobre su posible colapso si no consiguen un rescate.
EL EXCESO DE AMOR NO SIEMPRE ES BUENO
Basar la autoestima o la felicidad de uno exclusivamente en la relación de pareja, constituye un problema emocional que puede llegar a causar depresión o/y ansiedad, reveló un estudio de la Universidad de Houston en Estados Unidos. De acuerdo con el documento, este impacto puede generar un daño colateral en la relación, que lejos de ayudar, puede ocasionar una ruptura. Especialistas en la materia explican que algunas personas llegan a medir su autoestima únicamente por el resultado de esa relación, lo que psicológicos denominan como Relationship-Contingent Self-Esteem (RCSE) o alteraciones relacionadas con la pareja.
"Los individuos con altos niveles de RCSE están muy comprometidos con sus relaciones, pero también corren el riesgo de quedar devastados cuando algo va mal, aunque sea un problema menor". Knee comenta que este fenómeno puede provocar depresión y ansiedad ante un incidente menor o una discusión sin importancia con la pareja, lo que genera que el individuo con problemas emocionales no pueda enfrentar las dificultades.
Esta condición pone en riesgo de sufrir serios cambios de humor después de rupturas sentimentales, divorcios o simples retos normales en cualquier relación conyugal. Identificar este problema durante sus primeros estadios, explica Knee, puede ayudar a prevenir esas respuestas negativas ante la adversidad o a que las parejas identifiquen si son compatibles o incompatibles.
El estudio "RCSE. Subidas y bajadas de las relaciones románticas" se llevó a cabo con la participación de 198 individuos, los investigadores descubrieron es que "las personas con altos niveles de RCSE se sienten peor consigo mismos durante los momentos negativos de su relación sentimental", independientemente de por qué se había producido ese suceso o quién tenía la culpa.
Además, dice Knee, los individuos que sufren este problema son más propensos a reaccionar de forma más emocional ante cualquier situación que envuelva a su pareja. En lugar de tratar de analizar y mirar con perspectiva la situación para afrontarla mejor, actúan impulsiva e inmediatamente. Inmediatamente se sienten conectados personalmente con cualquier situación negativa en la relación y sufren ansiedad, se deprimen y se vuelven más hostiles", explica Knee.
ADICTOS AL SEXO Y LOS MENSAJES DE TEXTO
Suelta ese celular, muchacho... te vas a enfermar, grita la abuela. Y el muchacho nada que suelta el celular. La verdad es que probablemente no puede obedecer la orden o la súplica de la familia. Igual que una persona se vuelve adicta a sustancias como el cigarrillo o la cocaína, puede volverse adicta también a objetos, a conductas. El juego patológico, Internet, sexo, nuevas tecnologías, teléfono celular, mensajitos de texto, casinos, juegos electrónicos, forman parte de las adicciones comportamentales, puntualiza Elvia Velásquez, psiquiatra y presidenta de la Asociación Latinoamericana de Adiccionología. Hay calles de ciudades latinoamericanas que parecen Las Vegas.
La gente expresa allí sus problemas de soledad. Las adicciones comportamentales y las adicciones a sustancias van en aumento en la región, alerta Velásquez. En cuanto a las drogas, la médica destaca el aumento en el consumo de la marihuana, el éxtasis, las bebidas alcohólicas y el crack.
En ambos casos, los mecanismos de enganche son los mismos, refiere la especialista: vulnerabilidad particular herencia, ausencia del padre; factores sociales como la presión del grupo; un comportamiento repetido que genera placer; producción del neurotransmisor dopamina que inunda con sensaciones agradables. A pesar de los temores, la medicación empleada en tratamientos psiquiátricos no es adictiva, aclara Velásquez. Eso sí: debe ser administrada por un psiquiatra. Sin embargo, la médica recalca que los tranquilizantes y algunos analgésicos sí pueden provocar adicción.
La obesidad es un problema mental. O eso es lo que sugieren dos nuevos estudios que encontraron que los genes que nos predisponen a ser obesos actúan en el cerebro.
Esto quiere decir que el cerebro juega un papel predominante en el control de apetito, mucho más que los mecanismos metabólicos como se había pensado. Los dos estudios, publicados en la revista Nature Genetics, analizaron muestras de ADN de decenas de miles de personas. Ambos encontraron en total seis variantes genéticas que tienen actividad en el cerebro y que están asociadas con un aumento en el índice de masa corporal (IMC), la medida más común de la obesidad.
Esto sugiere que muchas de las variantes genéticas implicadas en la obesidad están vinculadas al cerebro y no a las funciones metabólicas, como el almacenamiento de grasa y azúcar. "Este hallazgo sugiere que la gente simplemente puede estar 'programada' para comer en exceso", afirma la doctora Cristen Willer, autora de uno de los estudios llevado a cabo en la Universidad de Michigan.
¿SERÁ EL FIN DEL IMPERIO ESTADOUNIDENSE?
Los analistas dividen sus opiniones frente a la crisis económica de Estados Unidos; para algunos es el fin del capitalismo como lo conocemos y para otros, sólo una recesión más,
pero cualquiera sea el caso, la letanía de malas noticias económicas de Estados Unidos hace que muchos se pregunten qué será lo próximo. Millones de empleos estadounidenses se han perdido y se esperan más despidos aún. Los bancos han congelado los préstamos después de una crisis del crédito y un colapso inmobiliario que han provocado un despegue de las ejecuciones de viviendas.
En Wall Street, varios bancos de inversión han colapsado. El mercado de acciones de Estados Unidos ha perdido más del 40% de su valor. Gigantes como el Citigroup han tenido problemas para sobrevivir. Los tiempos difíciles también amenazan a la alguna vez todopoderosa industria automotriz, en momentos en que General Motors y Chrysler LLC buscan ayuda por miles de millones de dólares de parte de Washington y advierten sobre su posible colapso si no consiguen un rescate.
EL EXCESO DE AMOR NO SIEMPRE ES BUENO
Basar la autoestima o la felicidad de uno exclusivamente en la relación de pareja, constituye un problema emocional que puede llegar a causar depresión o/y ansiedad, reveló un estudio de la Universidad de Houston en Estados Unidos. De acuerdo con el documento, este impacto puede generar un daño colateral en la relación, que lejos de ayudar, puede ocasionar una ruptura. Especialistas en la materia explican que algunas personas llegan a medir su autoestima únicamente por el resultado de esa relación, lo que psicológicos denominan como Relationship-Contingent Self-Esteem (RCSE) o alteraciones relacionadas con la pareja.
"Los individuos con altos niveles de RCSE están muy comprometidos con sus relaciones, pero también corren el riesgo de quedar devastados cuando algo va mal, aunque sea un problema menor". Knee comenta que este fenómeno puede provocar depresión y ansiedad ante un incidente menor o una discusión sin importancia con la pareja, lo que genera que el individuo con problemas emocionales no pueda enfrentar las dificultades.
Esta condición pone en riesgo de sufrir serios cambios de humor después de rupturas sentimentales, divorcios o simples retos normales en cualquier relación conyugal. Identificar este problema durante sus primeros estadios, explica Knee, puede ayudar a prevenir esas respuestas negativas ante la adversidad o a que las parejas identifiquen si son compatibles o incompatibles.
El estudio "RCSE. Subidas y bajadas de las relaciones románticas" se llevó a cabo con la participación de 198 individuos, los investigadores descubrieron es que "las personas con altos niveles de RCSE se sienten peor consigo mismos durante los momentos negativos de su relación sentimental", independientemente de por qué se había producido ese suceso o quién tenía la culpa.
Además, dice Knee, los individuos que sufren este problema son más propensos a reaccionar de forma más emocional ante cualquier situación que envuelva a su pareja. En lugar de tratar de analizar y mirar con perspectiva la situación para afrontarla mejor, actúan impulsiva e inmediatamente. Inmediatamente se sienten conectados personalmente con cualquier situación negativa en la relación y sufren ansiedad, se deprimen y se vuelven más hostiles", explica Knee.
ADICTOS AL SEXO Y LOS MENSAJES DE TEXTO
Suelta ese celular, muchacho... te vas a enfermar, grita la abuela. Y el muchacho nada que suelta el celular. La verdad es que probablemente no puede obedecer la orden o la súplica de la familia. Igual que una persona se vuelve adicta a sustancias como el cigarrillo o la cocaína, puede volverse adicta también a objetos, a conductas. El juego patológico, Internet, sexo, nuevas tecnologías, teléfono celular, mensajitos de texto, casinos, juegos electrónicos, forman parte de las adicciones comportamentales, puntualiza Elvia Velásquez, psiquiatra y presidenta de la Asociación Latinoamericana de Adiccionología. Hay calles de ciudades latinoamericanas que parecen Las Vegas.
La gente expresa allí sus problemas de soledad. Las adicciones comportamentales y las adicciones a sustancias van en aumento en la región, alerta Velásquez. En cuanto a las drogas, la médica destaca el aumento en el consumo de la marihuana, el éxtasis, las bebidas alcohólicas y el crack.
En ambos casos, los mecanismos de enganche son los mismos, refiere la especialista: vulnerabilidad particular herencia, ausencia del padre; factores sociales como la presión del grupo; un comportamiento repetido que genera placer; producción del neurotransmisor dopamina que inunda con sensaciones agradables. A pesar de los temores, la medicación empleada en tratamientos psiquiátricos no es adictiva, aclara Velásquez. Eso sí: debe ser administrada por un psiquiatra. Sin embargo, la médica recalca que los tranquilizantes y algunos analgésicos sí pueden provocar adicción.
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